sábado, 15 de septiembre de 2012

Es tan deprimente la espera en los hospitales, ver a gente angustiada, otros llorando, etc. antes esas cosas para mi era algo "normal", ahora como quedé un poco "pifía" después de mi crisis existencial es inevitable que me de pena, que salga un médico después de una cirugía, hable con familiares y que todos se pongan a llorar no es una situación muy agradable, especialmente si estas en la parte de los pacientes geriátricos con cáncer. Me dio pena ver a esa niña llorar a mares, me dio pena ver a una abuelita sola porque no tenía familiares, me dio pena el tener que ayudar a otra abuelita a comer porque no lo podía hacer sola, me dio pena ver a mi abuela llena de mangueras con agujas y con moretones por todo los brazos, etc. Estar del otro lado es complicao, especialmente para mi que es una "experiencia nueva" y ahí noto que soy tan sensible y que no soy esa tipa que se hace la ruda y que impongo una careta de insensibilidad. Después vengo yo con mi extracción de mi "hijo", no tengo miedo, o a lo mejor si, no lo sé, pero todas estas razones y muchas más que son las que me mantienen sin ganas de salir, ni de carretear, ni de ir a una plaza a hacer nada.

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