miércoles, 31 de octubre de 2012

Los hospitales nunca me han gustado, soy bastante cobarde en las cosas más simples, por ejemplo cuando se trata de poner agujas en las manos, es a lo que más le tenia miedo (más que a la operación en si), por suerte la pusieron en la muñeca, luego de ver eso fui feliz. Después de haber estado casi 2 días en el hospital perdí todo lo que es el pudor, ahora podría ir a una playa nudista y no me daría vergüenza, tanto médico que me vio mis "cositas" jaja, luego 5 médicos que me operaron y metieron mano cerca de mi querido pubis, como 3 enfermeras diferentes que me hacían aseo, etc. ya soy inmune. Esa estancia se me hizo eterrrnaaa y más todavía cuando no tenía con quien hablar o por último sentirme acompañada. Ahora que tengo un invasor menos en mi cuerpo que puta que me jodió por varios meses con sus dolores, mareos, dolores de cabeza, etc. ahora soy libre (?) solo tengo que resolver un último tema para intentar volver a ser como antes y eso es una visita al psiquiatra.
 
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